El juicio...


Hola, una vez más,

… hoy quería hablarte del juicio…

No de las muelas o de aquello que sucede en un juzgado donde un acusado, un fiscal, un abogado, un juez y un jurado se reúnen en un edificio para condenar o absolver al presunto acusado…

O quizás sí de eso que sucede en un juzgado, pero no de lo que sucede en tus muelas ;-)

Como te decía, lo que me interesa, no es hablarte de ese juicio que sucede en un juzgado, o sí, pero no en un juzgado cualquiera, no en un juzgado hecho de ladrillo, cristal y hormigón…, sino ese que se celebra en un juzgado llamado Juan, Alfredo, María, Bruno, Pilar,… en tí mismo, que me estás leyendo ahora mismo…

Quiero hablarte de ese juicio que sucede dentro de tí… ese juicio donde tú eres el acusado, el abogado, el fiscal, el juez, el jurado y… el verdugo…

En este juicio, a menudo eres un juez férreo e inflexible, un fiscal despiadado y un jurado lleno de prejuicios y perjuicios que, antes de escuchar a la defensa y al abogado, ya tienen un veredicto… culpable!

Da igual de qué… culpable!
Da igual por qué… culpable!
Da igual el tema… culpable!

Curiosamente creemos en la presunción de inocencia… pero rara vez la aplicamos…

Curiosamente creemos en la presunción de inocencia… pero más rara vez nos la aplicamos…

… y si presumimos la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario?,
… y si creemos que todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad?,
… y si creemos que todo el mundo tiene derecho a una tercera, cuarta o quinta oportunidad…, porque somos seres humanos y parte de la belleza que hay en nosotros es que no somos “perfectos” y no siempre nuestras elecciones nos llevan a alcanzar los resultados esperados, sino distintos…?

¿Por qué, entonces, no eres capaz de darte permiso para no ser tu propio juez, ni tu propio jurado, ni tu propio fiscal, ni tu propio verdugo ni siquiera tu propio abogado, pues no necesitarías defenderte de nada ni de nadie?

¿Por qué, entonces, no eres capaz de darte permiso para no ser juez, ni jurado, ni fiscal, ni verdugo, ni abogado de nadie?

¿Por qué no te das permiso para permitirte elegir y “equivocarte”?, y hacerlo sin prejuicios, y hacerlo sin perjuicios y hacerlo disfrutando y hacerlo libremente, con la tranquilidad que te da saber que nunca te estarás “equivocando” en tus elecciones, pues éstas han sido las que han sido, porque así lo has decidido, y decidir te hace libre y no preso de tus decisiones… libre para volver a decidir, libre para volver a elegir… pero siempre libre de juicios…

Sal de tu propia prisión, absuélvete si es que algún día te condenaste, o date al menos la libertad condicional, si aún no eres capaz de darte la libertad completa, para, así al menos disfrutar de las mieles que te proporcionará sentirte libre… Finalmente elegirás darte permiso para concederte la libertad definitiva...

Elije vivir, sentir, amar, gozar, reír, llorar,… pero, no juzgues y no te juzgues, y mucho menos te condenes… y si alguna vez juzgaste o te condenaste. Date un respiro y date permiso para absolverte, pues nunca fuiste culpable, nunca debiste haberte condenado por ser quien eres… Esa persona que en su interior tiene todo aquello que necesita para salir adelante de la mejor forma posible…

Llevas muchos años haciendo las cosas de la mejor manera posible, y sé que seguirás haciéndolo… Haciendo eso que es lo que quieres hacer en ese momento, porque, de no haber hecho otra cosa, es que esa otra cosa no era la que debías hacer :-)

Naciste libre, creciste libre, vive libre!… date permiso para seguir siendo libre y no dejes que nadie te condene, y cómo no, no seas tu el que te condene…

… no seas tú mismo tu peor juez,
… no seas tú mismo tu jurado,
… no seas tú mismo tu verdugo…

Concédete el permiso de ser tu mejor fan, tu mejor aliado, tu mejor maestro,… para ser tu mismo…

… Concédete el permiso de conceder al resto de tus semejantes lo que tú quieres concederte…

Yo he sido preso de mi propia prisión interior en más de una ocasión… pero ya me indulté hace tiempo…

… A veces juzgué y encerré injustamente a algunas personas, pero también las liberé hace tiempo…

¿Sabes?... puede que vuelva a caer preso, o a encarcelar a alguien más… pero ahora, en mi juzgado hay una nueva ley, cuyos artículos principales dicen:

Art. 1 .- “yo me indulto a mi mismo, porque yo lo valgo”
Art. 2 .- “yo te indulto a ti, porque, como yo lo valgo, tu lo vales”
Art. 3 .- (y más importante) .- “Naciste libre, creciste libre, vive libre!”
date permiso para seguir siendo libre… no dejes que nadie te condene…”


… ¿Te vienes a mi jurisdicción?… eres libre de hacerlo… serás bienvenido…


Sé feliz.

Bruno.
www.psicoaching.es

Domingo 03 de Mayo de 2009

Publicado por www.psicoaching.es

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