¿Te atreves a cruzar el puente...?


... El otro día, charlando con una amiga surgió un tema curioso… tenía miedo cruzar los puentes… Sí, eso que para algunos es algo natural y normal, para ella era un problema, pues la limitaba a la hora de hacer según que actividades y desplazarse a según que lugares… Y de esta conversación me surgió una reflexión…

Hay veces que estando donde estamos, estamos donde queremos estar…

Pero hay veces que estamos donde estamos, no porque queramos estar donde estamos, sino porque estando donde estamos nos sentimos seguros, y aunque al otro lado puede que haya todo un mundo por explorar, no nos atrevemos, o no nos damos el permiso para cruzar al otro lado del puente…

¿Y esto porqué ocurre? Me preguntaba yo

¿Qué tiene el puente para que no se atreva a cruzar al otro lado?
¿Qué tiene este lado que no tenga el otro?

Es curioso, porque para mi un puente siempre fue algo que me permitiría llegar a ese otro lado, donde encontraría cosas diferentes a las que se encuentran en el lado en que me encontraba, o, al menos, ver mi lado desde el otro lado, alcanzando de ese modo otra perspectiva, una amplitud de visión que, sin moverme de mi lado, jamás podría alcanzar…

Y todo ello con un gran aliciente… una vez que conozca los dos lados del puente, podría saber cual es el lado que me gusta más y quedarme en él… o continuar en busca de más puentes que me permitan explorar nuevos lados donde encontrar algo que, quizá, si no hubiera cruzado ese primer puente, nunca habría sabido ni siquiera de su existencia…

Pero otra cosa sucedió en ese momento,… tuve la seguridad de que ya llevo cruzados unos cuantos puentes, a veces empujado, a veces por propia iniciativa…

Un día pasé de gatear a explorar nuevos territorios, mirando la vida desde allá en las alturas, sostenido tan solo con la ayuda mis dos piernas, desde otra perspectiva…

Otro día empecé a caminar más deprisa para ver si así llegaba antes a los sitios o si la sensación de correr me decía algo…

… Me atreví a explorar eso de subirme en maquinarias con pedales y ruedas…

Terminé “el cole” para enfrentarme a un mundo nuevo… “el insti”… y luego a la universidad… mi primer trabajo, mi segundo, mi tercero… mi primera novieta, mi segunda,… mi actual pareja… los amigos de entonces, los amigos de ahora…

¡Cuántas cosas me habría perdido de no haber cruzado ese primer puente…!

La verdad es que, hasta que hablé con mi amiga, no fui consciente de la de puentes que había cruzado, de la de veces que había ido de un lado a otro, cruzando y descruzado puentes y más puentes, hasta llegar al lado del puente en el que me encuentro ahora… que podría ser muy parecido o incluso quizás el mismo del cual un día partí, pero que ahora, gracias a haber caminado por otros muchos puentes, soy capaz de verlo y sentirlo de una manera diferente… Ahora, incluso el arroyo que pasa debajo suena con un murmullo diferente, soy capaz de notar el frescor de esa agua, y el canto de los pájaros y el aroma de las flores… Soy capaz de disfrutar mas intensamente de este lado del puente… sabiendo además, que cruce cuantos puentes quiera cruzar, siempre podré regresar a ese, mi primer puente, ese del que nunca me olvidaré porque fue el primero que me permitió cruzar al otro lado… y al cual siempre que quiera podré regresar para encontrarme con ese lugar que un día fue donde inicie mi camino…

... mi amiga ya cruza los puentes...

... Y tú, ¿Te atreves a cruzar el puente conmigo?


Sé feliz.

Bruno.
www.psicoaching.es

Viernes 24 de Abril de 2009

Publicado por www.psicoaching.es

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